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Saturday, August 26, 2006

El señor de Pikodoro


O de dónde procede mi título. Número ocho de una estupenda serie de tebeos franceses de aventuras: Johan y Pirluit. Infantil, sí, pero nada idiotas. Lástima que en nuestro país nadie la publique desde hace veinte años.

Friday, August 25, 2006

Sobre "Canción de Hielo y Fuego" (2): narrativa verbal contra narrativa visual.

Como ya digo, en Canción de Hielo y Fuego la narración se divide en capítulos no numerados que se corresponden con el punto de vista de algunos de los personajes. Pero esa división no implica realmente un juego con la perspectiva, sino que es, en realidad, un síntoma del que quizá sea el peor defecto de la novela.

Desde hace ya mucho tiempo, el género de aventuras o el folletín ha ido degenerando en la novela hacia un híbrido que ha tomado el nombre no de sus pautas internas, sino de sus objetivos mediáticos: el best-seller. El best-seller de origen anglosajón se caracteriza por haber abandonado toda confianza en la narración verbal, y haberla sustituido por un remedo de la narración visual propia del cine, o mejor, de su variante televisiva, mucho más simple y fácil de seguir.

Así, es habitual que este tipo de historia (veáse como ejemplo El mundo perdido de Crichton) avance a golpe de escenas, de imágenes visuales descritas con prolijosidad. La novela jurásica mencionada, por ejemplo, comienza con un prólogo (para variar) típico de cualquier serie policíaca: un espía telefónico es asesinado en su coche. Esta escena meramente denotativa duraría en pantalla apenas dos o tres minutos. Pero el autor de Best-sellers considera que siempre hay que “profundizar” y la rellenará con datos contextuales totalmente inútiles como información y nulos como elemento estético. En la novela jurásica, antes de que el espía sea asesinado, el narrador nos dirá su nombre, la organización de su familia, lo que ha desayunado esa mañana y las molestias estomacales que eso le han producido. Paja. Y así continuamente. Es una de las razones por las que este tipo de libros suele ser tan voluminoso: su puntillosa atención por el detalle innecesario, fruto de una errónea concepción de lo narrativo.

Pues bien, Martin da un paso más en ese sentido y en su obra no toma ya como modelo el cine o el telefilme, sino directamente la serie televisiva contemporánea, de la que cada libro sería, en realidad, una temporada. No es de extrañar que durante mucho tiempo se haya ganado la vida como guionista televisivo.

La serie no plantea (aunque así lo parezca al principio) un conflicto o conflictos concretos, sino una situación general (un mundo en guerra con muchos frentes) en el que cada personaje elegido por el autor tendrá su propio conflicto, su “escena” en cada capítulo, como le ocurren a los personajes de series como Perdidos o Galáctica 2003, quienes, más que desarrollarse, se limitan a ofrecer variaciones de sus comportamientos de un capítulo a otro, en espera de que el guionista se decida –por lo general al final de cada temporada- a revelar un secreto que les afecte o a modificar su estatus dentro de la serie.

Por tanto, no son “puntos de vista” los que dividen la narración, sino sólo “frentes de acción”. Y esos frentes se organizan en capítulos desperdigados de entre diez y veinte páginas que, en realidad, han sido pensados como escenas visuales, importantes porque en ellas ocurrirá algo significativo, un hecho que suele tener lugar en las tres o cinco últimas páginas, mientras que el resto es la sempiterna “contextualización” de dicha situación. Como, además, entre dos escenas de un mismo personaje pueden haber más de cien páginas de separación, buena parte de ese “contexto” es una repetición de datos y tics lingüísticos que ya se han leído con anterioridad, convirtiendo a veces la lectura de la serie, sobre todo del primer tomo, en una labor bastante tediosa.

Por si fuera poco, cada escena debe terminar con un “cliffhanger”, una situación de tensión máxima que permita el fundido en negro o el paso a la publicidad, lo que hace todavía más desequilibrado el contraste con la monotonía de las páginas anteriores y, también, de las posteriores, que inician la contextualización de una nueva escena protagonizada por otro personaje (o por el mismo, si uno decide seguir una sola línea argumental).

(continuará)

Sunday, August 20, 2006

Sobre "Canción de hielo y fuego" (1): presentación.


Bueno, aprovechando que era veranito, estos últimos meses los he pasado leyendo la todavía inconclusa serie de novelas fantásticas escritas por George R. R. Martin titulada genéricamente Canción de hielo y fuego y de la que en nuestro país se han publicado tres volúmenes, con un total de aproximadamente 2700 páginas . Me la recomendó hace casi dos años un compañero de quien me fío bastante en cuanto a recomendaciones de este tipo de género, pero su primer tomo, Juego de tronos, me aburrió tantísimo que lo dejé en la página 500 hasta este verano, en que lo retomé a partir de la 501. Durante ese período, la serie se ha convertido también aquí en un título de culto entre los fervorosos seguidores de la novela fantástica de aventuras, y en internet, por lo general, todo son parabienes hacia la saga.

Comentaré a partir de ahora algunas impresiones sobre la historia y la narración. Es evidente que habrá spoilers a mansalva, por lo que, quien no desee enterarse del desarrollo de la trama, mejor que no lea.

La narración, como no podía ser menos en cualquier obra con pretensiones de best-seller, comienza con un prólogo espectacular y escandaloso que poco tendrá que ver con el desarrollo posterior de la trama. Unos expedicionarios son atacados por mortíferos seres de hielo. Habrá que esperar quinientas páginas para volver a oír hablar de estos seres, y aun entonces serán un elemento secundario en la historia.

El verdadero eje de lo que se nos cuenta, al menos en el primer tomo, es el enfrentamiento entre dos familias nobles, los Lannister y los Stark, después de que el rey, el disipado Robert T., conceda el puesto de primer ministro (“la Mano”) a su viejo amigo Ned Stark en vez de a su suegro, Tywin Lannister. Quien piense en Dune, que se calle. Stark partirá de su feudo, la lejana y fría Invernalia, hasta la corte en “Desembarco del Rey”. Con él irá su mujer y sus dos hijas. En Invernalia quedan los hijos varones: Robb, Bran y Rickon. Otro de los hijos, el bastardo Jon Nieve, partirá hacia el Muro que separa la tierra conocida de los salvajes territorios donde habitan los Otros, con el objetivo de entrar en el respetado cuerpo de la Guardia Negra.

La narración se divide en escenas, de un mínimo de diez páginas cada una. Cada escena se corresponde con el punto de vista de un personaje concreto, fundamentalmente los miembros de la familia Stark (a excepción del hijo mayor, Bronn, y del menor, Rickon). Por desgracia, el autor apenas juega con las posibilidades de esta multiplicidad de perspectivas (un poco todavía en el primer tomo; nada en los dos siguientes), y se limita con ellas a estructurar diversos frentes de la trama, entregando a cada personaje una aventura propia.

(continuará)

Thursday, August 17, 2006

Captatio Benevolentiae

Aunque no lo parezca, ésta es la tercera vez que intento poner en marcha un blog, y por tanto, la terecera vez que me presento ante el público incierto que tenga a bien pasearse por aquí. Las veces anteriores mi pereza hizo que el tiempo pasara y, al intentar de nuevo entrar en el blog, ya no recordara mi contraseña y no consiguiera, de ninguna forma, volver a entrar. En fin, esperemos que esta vez las cosas vayan un poco mejor y pueda al menos recrearme en mis opiniones (montar un blog es mirarse mucho el ombligo) y en las de quien quiera discutirme. Saludos, pues, y mis agradecimientos.